estoy un poco perdido y no sé muy bien por qué, pero últimamente me cuesta mucho escribir. Me siento algo bloqueado. Por ello, ahora me estoy volcando en el ámbito de la lectura. Estoy releyendo nuevamente tus poemas y mis antiguos comentarios, y no puedo evitar sentir la necesidad de entablar un diálogo contigo que nos ofrezca una mayor claridad al respecto. Mis últimas lecturas están centradas en el amor y cada día anoto distintos apuntes que me gustaría comentásemos. En estos momentos desbordados por tu presencia imaginada, me refugio en la lectura y no puedo detener mi acción. Ahora me hallo envuelto en la relectura sugerente del Decameron...
Besos.
Querido Tristán,
se me hace algo extraño llamarte por tu nombre, aunque no puedo dejar de reconocer que me atrae misteriosamente el hacerlo. El otro día leí tus reflexiones sobre el amor y al unir los planteamientos allí depositados con lo dicho en tu última carta, me he quedado sumida en una inexplicable inquietud. Deberíamos vernos nuevamente para aclarar algunos asuntos y restablecer nuestro contacto. Propongo vernos mañana a la hora y en el lugar de siempre; allí te esperaré…
Besos.
18 comentarios:
wooouu, me provoco una nostalgia increíble... es como si me hubiera visto a mi misma. Gracias
Besos de Cassandra
awwww ya quiero que se vean jajaja. haces un trabajo extraodinario! un beso
Me quedaré a la espera de ese encuentro, seguro alguna huella dejará.
Saludos
Gaspar
Casandra, ¡vaya coincidencia! Sigue la historia y ya me cuentas las similitudes. Gracias a ti.
Besos.
Sabina, gracias por tus ánimos. Ya veremos qué sucede...
Besos.
Gaspar II, se va acabando esta historia... esa huella puede ser vital...
Un saludo.
Inquietante y bello... ¿cruzarán el umbral?
Un beso, querido Rubén.
Paloma, el umbral ya está cerca... quizás la poesía deba ensayar ese camino...
Un beso.
Me encanta sentir la emoción que se funde en el vientre,cuando estoy cerca del término de algún libro, cuento, etc. Siempre me sucede lo mismo, cuando visualizo al clímax la ansiedad se instala en el cuerpo...Veremos si ambos son capaces de traspasar de la seducción a la acción.
Un abrazo.
Releer sus poemas, volver a sentir tal cual lo hizo cuando le comentó a los mismos, es no querer que la magia se diluya, es retener, profundizar, seguir la huella deseada, bellos momentos que se repiten una y otra vez.
Ella, anhela ese encuentro; será fascinante ese reencuentro de versos pasados y nuevos. Ambos avivan el fuego.
Es bellísima la historia, sigo pensando en que retrata a tantos que viven así.
Abrazos, Anouna
Noto extraño a Tristán,
algo lo distrae,
lo entristece...
Algo no marcha bien,
Rubén, que esconde el ensayista?
Y si ella no es la poetisa con la que tanto sueña?
Taty, es un placer que mi lectura provoque en los lectores ese pellizco... Veremos cómo acaba...
Un abrazo.
Anouna, tu lectura se muestra inteligente y tus palabras elogiosas. Gracias por ellas.
Un abrazo.
Sirocos, hay que tener en cuenta que son dos personalidades profundas y complejas, quizás excesivamente reflexivas...
El ensayista parece esconder un gran amor hacia la poetisa... creo que ya se conocen lo suficientemente bien como para encontrar desengaños, pero todo es posible...
Un abrazo.
Para mí que se van a liar... Je, je, je.
Un abrazo.
No se sigo pensando que algo lo distrae...
¿Cuántas dimensiones puede tener el sentimiento?
Alegre "opinador"... creo que no vas muy desencaminado...
Un abrazo y gracias por pasar.
Sirocos, el sentimiento puede tener tantas dimensiones, que habría que escribir una nueva entrada para hablar sobre algunas de ellas.
¿¿Tan extraño ves a Tristán??
Un abrazo.
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