jueves, 11 de febrero de 2010

De Triana a La Paz

Antes de comenzar esta lectura, me gustaría agradeceros el que me hayáis permitido ser partícipe de este evento tan importante en vuestras vidas... aunque si evento es aquel suceso que acontece de una manera repentina e inesperada, deberíamos emplear otra palabra para nombrar vuestro enlace, pues vuestra unión se fraguó en la ya lejana Sevilla de finales de los noventa, donde la Exposición Universal de 1992 ya empezaba a quedar atrás, y donde el Sevilla F.C. de hoy día ni tan siquiera se podía soñar.

Podríamos hablar, de esta manera, más que de un suceso, de una historia... de una historia forjada entre Triana y Los Chinos, que recorrida a orillas del Guadalquivir, fue bendecida desde sus inicios por el duende sevillano, con olor a jazmín.

Jesús y María, María y Jesús... vuestros nombres ya brotan de la tradición de un imperecedero “lugar” intemporal, donde la verdad yace enlazada con la belleza y donde la belleza se entrega generosa, a su delicado juego con la bondad.

Jesús... de alma noble y corazón sevillista, toda una vida lleva Sevilla viéndote recorrer distancias inolvidables grabadas en su memoria. Todavía recuerda Sevilla esos diálogos interminables en Los Chinos, en donde un grupo de jóvenes crearon lealtad desde una sinceridad real, difícil de encontrar... Reina Mercedes, donde dejaste horas de estudio en aquella mal iluminada biblioteca, en busca de un futuro laboral... el Fernando de Herrera o el Campus de Ramón y Cajal, donde recorriste el camino de tus estudios, atendiendo a un horizonte pendiente de llegar... o esas callejuelas misteriosas del Centro de nuestra ciudad, donde cada Semana Santa contemplas junto a María, la plasmación más imponente del arte escultural, y cómo no... la bombonera de Nervión, el Ramón Sánchez Pizjuán, donde has sido testigo de tantas tardes de gloria y de un sufrimiento profundamente leal.

Pero por encima de todo, Triana... esa Triana a la que debes la mujer que hoy se entrega a ti, en un acto único y verdadero, cargado de amor y sinceridad..

María... de alma laberíntica y corazón trianero, toda una vida lleva Triana vigilando celosa su posesión más preciada y contemplando con sigilo, el movimiento de tu figura al cruzar hacia Sevilla, en un intento desesperado por no perder tu presencia.
Tu mirada sugerente, acunada por la inmensidad, insinúa con elegancia la figura felina de tu animal predilecto, al que adoras de manera insuperable y con el que pareces soñar, en un más allá, situado lejos de lo real.

Con vuestra unión, ambas orillas, Sevilla y Triana, Triana y Sevilla, se reúnen en la mesura admirable de un trazo imposible, donde aguarda paciente la llegada de toda una plenitud por vivir.

Y por último... recordar que de vosotros sólo se puede afirmar, lo mejor que de alguien se puede decir y lo que siempre nos habéis mostrado con vuestro continuo quehacer... que sois grandes y buenas personas, que es lo mejor que se puede llegar a ser.

Con sincero cariño y admiración,
gracias por vuestra Amistad
y ¡enhorabuena por vuestra unión!


12 de septiembre de 2009... llegando
a La Paz


* Nota: Este texto fue escrito para ser leído en la boda de dos personas admirables, con las que tengo la suerte de compartir una sincera amistad. La falta de tiempo y los retrasos habituales en un enlace de estas características, impidió que mi voz pudiera encarnar la lectura del texto en dicho momento, por lo cual y con la aprobación de dichas personas, reproduzco aquí las palabras que en su momento no pudieron "hablar". Gracias.

16 comentarios:

Mercedes Pinto dijo...

Hola Rubén, ya me he pasado por la web que me enviaste por correo e hice lo propio.
Gracias por compartir tus textos.
Un abrazo.

Rubén Muñoz Martínez dijo...

Mercedes, gracias por pasar y por leer mis textos.

Un abrazo.

Conchi Guirao dijo...

Oleee!!! Sevilla, teneis una gracia....

Un besito Rubén!!
Desde Murcia, tierra del zarangollo, la Huerta, El sol y las malas playas, pero la buena gente!!

Paloma Corrales dijo...

Muy bonito y entrañable Rubén, lástima que no tuvieras ocasión de leerlo en el enlace...

Besos.

Ps. te sigo votando cuando me acuerdo ;-)

Rubén Muñoz Martínez dijo...

Conchi, ¡ole por tu comentario! Un beso y ¡viva la buena gente!, que es lo mejor que hay en esta vida.

Rubén Muñoz Martínez dijo...

Paloma, gracias, lo importante ese día no era que yo leyera el texto; eso fue sólo una anécdota.

Besos y gracias por tu fidelidad.

Mamen dijo...

Precioso texto escrito en ocasión de una maravillosa unión hecha por partida doble. Felicidades a Jesús, a María, a Sevilla, a Triana... y por supuesto a ti por tan bellas palabras.

Un beso y un abrazo enormes.

Rubén Muñoz Martínez dijo...

Mamen, no tengo nada más que añadir, sólo darte las gracias por estar.

Un beso y un abrazo!

Andrea. dijo...

Preciosa lectura. Te quedó sublime, Rubén.
Un placer volverme a pasar por tus lares.

Un abrazo. Por cierto, bonita foto del Puente de Triana.

pd. te espero por el mío si quieres...

Rmontserrat dijo...

Un saludo viejo amigo.

Quien te podía decir que entre todos LOS CHINOS iba a ser yo un fiel seguidor de tus relatos y reflexiones.

Grande Ruben!!

PD: Me has hecho emocionarme con el texto para la boda de Chico y María.

Rubén Muñoz Martínez dijo...

Andrea., gracias por tu lectura y tus palabras.

Un abrazo,
y por supuesto que me pasaré por tus letras.

Rubén Muñoz Martínez dijo...

Rmontserrat, un saludo viejo amigo.

Después de todo, no creas que me sorprende tanto que sea precisamente a ti a quien "vea" por aquí. Siempre fuiste una gran pareja de ataque y recepción.

Gracias por pasar,
y un abrazo.

Grande Rafa, siempre ta cargado de humanidad!!

P.D.: Es bueno emocionarse con las alegrías de los amigos.

Clayre dijo...

¡Qué gran descubrimiento tu blog, Rubén!
Realmente me llega al corazón todo lo que escribes.....

Un beso muy fuerte.

PD:A partir de ahora tendrás otra fiel seguidora!

Rubén Muñoz Martínez dijo...

Clayre, ¡qué agradable sorpresa!
Me alegra mucho contar con nuevos adictos a este espacio.
Tus palabras me llenan de entusiasmo. Me encanta que personas cercanas se pasen de vez en cuando por aquí y dejen su huella.

Un beso fuerte para ti también... y para tus dos hombres (el grande y el pequeñín).

P.D.: Espero leer más comentarios tuyos próximamente.

Manolo Jiménez dijo...

Pues si emociona el artículo al leerlo, imaginad si os lo dedican.

Un abrazo de María y mío, Rubén.

Rubén Muñoz Martínez dijo...

Manolo Jiménez, la emoción es recíproca. Un abrazo a los dos.