miércoles, 25 de noviembre de 2009

El sugerente encanto de lo poético

Centrémonos ahora en el terreno intangible de lo poético, y desde nuestra reflexión anterior, apliquemos lo meditado al ámbito de la poesía. ¿Dónde reside la esencia de este tipo de lenguaje?
Cuando el poeta escribe sobre un objeto, lo hace mediante el juego de la sugerencia. Mediante su decir, el poeta "trae a presencia" su verdadero objeto de reflexión sin nombrarlo y así, con el suave balanceo de las palabras elegidas nos envuelve en un universo infinito, donde quedamos atrapados por el misterio de lo que no ha sido dicho.
El poeta, al hacer poesía, nos habla de un objeto concreto mediante un tratamiento universal del mismo. El poeta habla del río, exaltando las cualidades universales más definitorias de “aquello” que hace a un río ser río; al hablar del amor sucede lo mismo, el poeta habla del amor sin nombrar directamente a la amada, sino exaltando las cualidades más incisivas del amor como experiencia universal. Se hable de lo que se hable, el poeta siempre nos muestra la esencia de las cosas sin nombrarlas directamente y esa es precisamente su grandeza.
En ese “no decir”, gracias a las posibilidades de la sugerencia, el poeta abre un horizonte significativo donde las cosas se presentan en total libertad. Al ser llamadas sin imposición, sin ser forzadas a decirse de una determinada manera, las cosas se muestran tal cual son de manera natural. De este modo la palabra poética crea un espacio libre, en donde la cosa puede llegar a mostrarse plenamente desnuda.
En la poesía las cosas son dichas sin ser nombradas y en ese decir que se pronuncia a través de una expresión abierta, se hace uso de una pluralidad significativa que nos trae la cosa poetizada de una manera plena.
Con esta manera de decir, el poeta alcanza la mirada de la inocencia, la mirada del niño que accede a las cosas por primera vez, y este hecho se da gracias a la posibilidad de la sugerencia, la cual nos trae las cosas sin nombrarlas, permitiendo así que éstas puedan mostrarse libre y naturalmente, en un ofrecimiento que no las encierra en ningún tipo de corsé creado a posteriori por el hombre. De ahí que los poetas siempre anden buscando las cosas por detrás de los nombres y a través del silencio.

¿Habrá alguna palabra más plena que el silencio de las cosas?

16 comentarios:

Rubén Muñoz Martínez dijo...

Estimados lectores, obviamente esta entrada complementa a la anterior.
En un primer momento, pensé en hacer una sola entrada más amplia, en donde hablase de todo el contenido que se desarrolla en las dos entradas. Luego pensé que sería mejor hacer una primera entrada para pensar el hecho de la sugerencia y que después, tras la lentitud y la distancia que impone la reflexión, abrir la reflexión al terreno de la poesía. y así ha quedado.

Paloma Corrales dijo...

Estoy de acuerdo Rubén, perfectamente traído después de tu anterior entrada, es ese tratamiento universal el que permite al lector hacer suyo cualquier poema e identificarse con él.

Sólo añadiría un pequeño matiz, en el que insisto muchas veces; a menudo el mérito del lector se iguala al del poeta, se requiere una sensibildad especial para captar la esencia. Por eso la poesía, sigue siendo un género para minorías.

Besos Rubén y, como siempre, una delicia leerte.

Rubén Muñoz Martínez dijo...

Paloma, me alegra ver que se percibe mi intención con estas dos entradas. Respecto a tu comentario sobre el lector, totalmente de acuerdo. De hecho, te remito a mi entrada de junio donde trato esta idea (“La verdad en el poema… o la desnudez del lógos”). Entre otras cosas, allí digo: “El auténtico lector sabe corresponder al escritor con toda su desnudez, y en el encuentro puro de ambas almas, podemos hallar la raíz neurálgica de la correspondencia significativa entre los dos ámbitos (creador y lector) implicados en el evento de la lectura.” Si te das cuenta, la imagen que figura en la entrada no es casual. Es una imagen plástica muy al hilo de lo que significa la poesía: un proceso de desnudamiento, en donde bellamente se nos va mostrando la plenitud de lo poetizado. Te dejo la referencia por si no te apetece mucho buscar la entrada.

Besos.

Juan Antonio González Romano dijo...

Amigo Rubén, te devuelvo la visita y también para quedarme. Muy acertada reflexión, aunque yo expondría un matiz: la poesía (o, al meno, no toda la poesía) no necesariamente "oculta". Aludir, evocar, sugerir, son formas de llegar a un objeto que no se explicita abiertamente, pero que tampoco se esconde. Debe haber un punto que haga posible el encuentro del autor con el lector; de lo contrario, con el ocultamiento extremo, llegamos a la incomunicación. Y no niego que haya un tipo de poesía así, pero -al menos a mí- no me convence.
Sí a la sugerencia, sí a la alusión. Cuidado con el ocultamiento.
Por otra parte, ya en alguna entrada mía aludí a lo importantísimo que es el silecio posterior a la lectura de un poema para llegar a la significación. De acuerdo, pues.
Un abrazo.

Rubén Muñoz Martínez dijo...

Juan Antonio, bienvenido a este espacio y gracias por quedarte.
Estoy de acuerdo con lo que apuntas. Yo mismo, al releer mi entrada, me percaté del peligro que encierra el hablar de ocultar en la poesía. La verdad es que tenía que haber elegido otra palabra. Quería referirme al hecho poético de no hablar explícitamente de algo. Esto es un cierto modo de ocultamiento, pero efectivamente utilizar esa palabra conlleva sus peligros. Es cierto que la sugerencia muestra a su manera.
Buscaré la entrada que mencionas, porque ese tema me interesa muchísimo. En mi respuesta al comentario de Paloma cito una antigua entrada mía, que va en consonancia con lo que tú mencionas.

Gracias por tu lectura pausada.

Un abrazo.

Alonso CM dijo...

Estoy completamente de acuerdo con todo lo que habéis dicho. La poesía es el arte de la sugerencia, de la evocación, de lo implícito. Por tanto, al lector le corresponde una parte importantísima en este proceso comunicativo tan especial.
La matización de Juan Antonio me parece muy acertada. Sin claves, sin alusiones, la poesía se hace hermética y críptica sin que pueda llegar a su verdadro destinatario.
Un abrazo, Rubén

Rubén Muñoz Martínez dijo...

Miradme, me alegra mucho verte por aquí. No tengo nada que añadir a tu comentario. Completamente de acuerdo.

Un abrazo.

Raquel dijo...

Ruben tenía tanto tiempo con intención de pasar a saludarte!! Y me ecuentro con un gran reflexión. Que maravilla la forma en la que abordas el tema de la poesía, lo que realmente me llama la atención es el cierre de tu escrito, una gran pregunta, la que en si misma encierra la respuesta.
Ub abrazo fuerte,
Raquel

Rubén Muñoz Martínez dijo...

Hola Raquel, celebro el verte de nuevo por aquí!!
En prime lugar, gracias por tus palabras y en sgundo lugar, decirte que me gusta que te centres en la pregunta final. Su formulación apunta hacia nuevos "espacios". Grande!

Un abrazo!!

Libros Gratis dijo...

Concuerdo tanto con el artículo, como con los comentarios siguientes.Sin duda la poesía debemos complementarla con nuestros sentidos y emociones para que realmente tenga sentido.

Rubén Muñoz Martínez dijo...

Antes de escribir la siguiente entrada, tengo una cuenta pendiente con ésta, y es la que me han hecho notar algunos de los comentaristas de este texto. Se trata de la utilización al principio del texto de la palabra "oculta". Como la palabra se muestra ambigua, atiendo a los consejos y rectifico mi texto. Cambio la palabra y expreso más exactamente lo que quiero decir "ahí" con otras palabras.

Gracias por vuestras sugerencias.

Rubén Muñoz Martínez dijo...

Libros Gratis, una de las cosas maravillosas de la poesía, es precisamente el hecho de tener que ser completada por el lector.

Saludos!

FranCCø dijo...

Hola Rubén:
Nunca hemos copiado un post en nuestro blog. Todos son originales.
Pero para mí que nunca he entendido la poesía y sus explicaciones, ésta entrada tuya me la hace entender. Me parece muy buena. Por lo que mo he podido evitar publicarla, evidentemente guardando su autoría y enlazándola a este blog.
Si no te parece correcto la suprimimos.
Un saludo,
Francisco Cocnepción

Rubén Muñoz Martínez dijo...

Francisco, me entusiasma el hecho de que este texto te haga entender en algo el sentido de la poesía. La poesía es uno de los grandes "lugares" por habitar para el ser humano y realmente, perdérselo es una pena.
No te preocupes por la "copia", mientras se haga desde el respeto y atendiendo a la autoria original, bien hecha está. Así, que no hay problema al respecto.

Saludos... y ahora me pasaré por vuestro espacio.

Anónimo dijo...

A mi,
me gusta dibujar en letras mis sentimientos,
de manera que el lector cree a la vez que lee la escena, el momento, la historia tal como yo la he sentido...
A veces no llego a tal coneccion con la persona que me lee, es complicado expresar tanto, dibujar mis matices que son algo especiales...
pero cuando conecto y la persona que me lee logra ver lo mismo que yo, es sublime ese instante y creo hasta sentirlo en mi cuerpo...
Saludos.

Rubén Muñoz Martínez dijo...

Sirocos, tus palabras corroboran lo que digo en mis dos entradas de junio de 2009 sobre la poesía. Leelas y verás...

Saludos.