domingo, 8 de agosto de 2010

Una mirada a la vida


Antes de ayer,
vi la sonrisa del niño
que disfrutaba de la sencillez de la vida;
inolvidable mirada
que irradiaba plenitud
desde el origen de sí misma.
Ayer,
contemplé la ilusión del joven
que se hinchaba de proyectos;
mirada distraída
que se perdía en la invención
de futuros pretendidos.
Hoy,
observé la inquietud del hombre
que se preocupa por la vida;
mirada intranquila
que se anticipa
a problemas por llegar.
Mañana,
contemplaré la serenidad del anciano
que comprende qué es la vida;
mirada sapiente
que en el silencio de su saber
se deja alcanzar por el vivir.
Y pasado mañana...
hasta allí, no sé si alcanzaré,
pues sólo sé,
que vivir es un camino
que nos hace regresar atrás.

miércoles, 21 de julio de 2010

La reflexión del científico

Resulta más que interesante, atender a las palabras de los grandes creadores sobre el sentido de su propia práxis. En esta ocasión recordamos al Premio Nobel Santiago Ramón y Cajal, quien al reflexionar sobre su tarea afirmaba:
"Puesto que vivimos en pleno misterio, luchando contra las fuerzas desconocidas, trataremos en lo posible de esclarecerlo. Concluida nuestra labor, seremos olvidados como la semilla del turco. Pero algo nos consolará, al considerar que nuestros remotos descendientes, nos deberán un poco de su dicha, y que gracias a nuestro esfuerzo el mundo resultará algo más agradable e inteligible."
De este pensamiento se pueden extraer diversos y fructíferos planteamientos, como la profundidad de significado que conlleva, el hecho de que un científico positivista asuma la existencia inexcusable del misterio.

domingo, 18 de julio de 2010

En silencio...

Somos...

el silencio de la palabra que nunca fue dicha...

miércoles, 14 de julio de 2010

Quehacer


Somos tiempo…
somos el hacernos a nosotros mismos con nuestras acciones,
que se van sucediendo continuamente,
hacia un futuro que todavía no existe y que sin embargo,
vamos labrando indefectiblemente…

martes, 6 de julio de 2010

Soledad


La soledad que nos alcanza inesperadamente, vacía de manera insondable…

sin embargo, la soledad elegida para la creación y la reflexión, colma plenamente…

No obstante, es fundamental saber narrar acerca de ambas… aunque sea interiormente.

miércoles, 30 de junio de 2010

El caso Perelman: la fama de la verdad

Hace un par de semanas saltó a la noticia un matemático ruso que se había negado a recoger el premio que le fue otorgado por la Fundación Clay -y la dotación económica de un millón de euros que el mismo trae consigo-, al haber resuelto uno de los denominados enigmas matemáticos del milenio (la “Conjetura de Poincaré”). Lo curioso del caso es que el problema fue resuelto por un matemático que ni tan siquiera ejerce dicha actividad profesionalmente, sino simple y llanamente por puro interés personal, algo admirable y difícil de encontrar en los tiempos que corren.
En 2006 al citado matemático, Grigori Perelman, ya le fue concedida la Medalla Fields por la resolución de dicho enigma. Este reconocimiento, equivalente al Nobel de las matemáticas, igualmente fue rechazado. Para mayor asombro ha de saberse que el genio ruso consiguió alcanzar esta resolución, sin mantener contacto alguno con el mundo académico oficial. El matemático apenas mantiene correspondencia con otros colegas, por lo que habría sido capaz de resolver el enigma de una manera solitaria y en un anonimato absoluto. La resolución matemática pudo ser conocida por todos, gracias a que Perelman publicó sus resultados en internet.
Al parecer, Perelman vive en un pequeño apartamento de San Petersburgo junto a su madre, donde ambos subsisten de la escueta pensión de viudedad de la señora y de lo poco que consigue ganar con algunas clases particulares. ¿Estaremos ante la figura de un auténtico sabio, preocupado únicamente por la verdad del conocimiento?
Una vez más nos hallamos ante una complicada y delicada frontera, que nos hace pensar en la ya manida pregunta: ¿Genialidad o locura?

“No necesito nada.”
Grigori Perelman

miércoles, 23 de junio de 2010

La desnudez de la verdad

La verdad siempre ha sido uno de los grandes campos de batalla para el pensamiento humano. A lo largo de los siglos se han desarrollado diversas e interesantes maneras de aproximación a la verdad. Personalmente, la consideración heideggeriana del asunto siempre me ha parecido una manera muy acertada de acercarse a la misma. En su obra cumbre, Ser y tiempo (1927), el maestro alemán exponía inicialmente su concepto de verdad como “desocultación” y allí nos explicaba que la verdad es desvelamiento. Según Heidegger, hay que ir desnudando lo real hasta llegar a su esencia.
Este concepto piensa la verdad como algo profundo, como un “fenómeno” que se encuentra oculto entre una serie de velos que hay que ir quitando de en medio. Pero si la verdad es esencial a la existencia misma, ¿por qué cuesta tanto encontrarla?
Si pensamos que la verdad emana del ser y el ser es lo que nos hace estar de una determinada manera, ¿por qué cuesta tanto esfuerzo alcanzar la verdad? La verdad de las cosas tendría que presentarse inmediatamente en cualquier circunstancia sin más. Las cosas son porque son verdad, y la falsedad y el error residen únicamente en la capacidad humana de juzgar. ¿Por qué entonces solemos tropezar constantemente con el error? Al parecer la capacidad humana de juzgar, suele jugar malas pasadas en el desesperado intento por alcanzar la verdad, poniendo incluso más trabas de las que debiera.
Del mismo modo que Heidegger, pero desde el ámbito de la creación plástica, el divino Miguel Ángel sostenía que la tarea del escultor consistía básicamente en quitar, en desnudar el bloque de mármol hasta alcanzar la desnudez plena de la figura. Véase, por ejemplo, el David.
En definitiva, pues, de un modo u otro, os quiero hacer llegar la idea de que la verdad está más cerca de lo que pensamos y sin embargo seguimos sin ser capaces de alcanzarla.
¿Qué pensáis al respecto?