viernes, 23 de mayo de 2014

El ensayista y la poetisa (IV)


Decimosexta carta

Querida Poetisa,
últimamente estoy teniendo algunos problemas para avanzar en el último tramo de tu lectura. Circunstancias ajenas a tu obra me impiden concluir. Pero de las últimas páginas que leí, te he de decir lo siguiente: aquél que sabe de la insignificancia del nombre, sabe del valor de la experiencia de lo vivido y tú además, sabes expresar bellamente lo que vives y lo que piensas, con lo que consigues acariciar el alma de aquél que te lee sin presupuestos.
Se derrama tanta pasión por entre tus últimos versos, que la voz del lector "se entrecorta" en la acción de la lectura. Sexualidad, erotismo y sensualidad se vienen a la mente con ciertos poemas... ¡ah! y cómo no... el amor. Querida Poetisa, no sé si serás real o no, si esta obra es tarea de una mujer, de un hombre o de más de dos, pero el alma de este creador está llena de versos de todas las tonalidades, en un escorzo animal que nos acerca a su valentía, a la vez que se muestra cargado de una intimidad, hermosamente expresada. Pero aún restan algunos versos por esculpir…



Un inquietante abrazo.




Decimosexta respuesta

Querido Ensayista,

de alguna manera tendremos que solucionar tu duda y hacerte comprender la presencia real de mi persona en los versos que sigues desgranando. No dudes, soy yo, la de siempre, la que escribe los versos sobre los que tan bella y hondamente reflexionas.
Para escribir hay que ser valiente y exponerse absolutamente, tal y como detallas en algunos de tus trabajos acerca de la escritura. Lentamente, yo también te voy leyendo y descubriendo en tus profundos textos, los cuales atrapan mi interés pausadamente, en un ejercicio reflexivo que se torna en una calma quietud.

Un afectivo beso, ausente de sugerencias.




Decimoséptima carta


Querida Poetisa,
gracias por adentrarte en mi universo y por reafirmar tu existencia real. Mi alma retorna a su serenidad, aunque aún me pide alguna comprobación.
De alguna manera, ambos tratamos, querida poetisa, de lanzarnos con lo puesto al encuentro de lo deseado, en un intento imposible por alcanzar la lógica poética de la pasión más misteriosa de nuestra alma. Tus versos siguen apuntando hacia un espacio por definir, donde la significación se va deslizando dulce y sigilosamente, a través de una sugerencia cargada de preciosidades pasionales.
Respecto a mis ensayos, siento que vuelven a renacer y que apasionadamente se vuelven sobre tu significada lectura, en un escorzo que intenta alcanzar una plenitud de la que hace tiempo ya habían desistido.

Un profundo beso.




Decimoséptima respuesta


Querido Ensayista,
la imagen descrita en tu última carta, me llevó a sentir una cercanía abisal...

No sólo te expresas perfectamente, además buceas dulcemente por las palabras buscando el porqué de la creación poética y haces profundos análisis. Te diré que para mí, escribir poesía supone una liberación interior y como tú muy bien expresas en algunos de tus textos, desnudar a veces el alma. A pesar del pudor inicial, poetizar es para mí un acto semejante al de desprenderme de mi ropaje para mostrar toda mi verdad, en un intento por recuperar la virginidad inicial, en un intento por "re-aprender" "a existir prescindiendo de nombres."
Como siempre, tus apreciaciones se muestran sumamente interesantes, gracias por ello.

Un virginal beso, colmado de incocencia.




Decimoctava carta


Querida Poetisa,

transgredes la intimidad, entregándote en tus versos. Tus palabras arropan con decisión el origen de tu pasión. Es bonito negar conceptos para contar historias, como es hermoso olvidar los nombres para palpar las cosas... e incluso desprenderse de los ropajes para mostrar esencias... Nos conduces a lugares virginales, a través de un precioso sendero poético, que anota vestigios y enseña virtudes.
Finalmente, me excuso ante mi imposibilidad para hablar sin palabras y terminar desvirtuando lo que constituye la esencia de tu obra.

Un sincero beso, cargado de melancolía.


P.D.: Volví a repasar algunas de tus poesías ya leídas antes de alcanzar el final. Lentamente, nuestro distanciamiento va volviendo a su origen.



Decimoctava respuesta


Mi querido Ensayista,

tu eterno empeño por llegar a la esencia de mi obra me parece digno del más alto elogio. Me intriga misteriosmanente el hecho de que profundices en mis raíces. No sé porqué, quizás todo sea producto de la misma magia. Me gusta enigmáticamente todo lo que rodea a tus comentarios y me causa una nostalgia adelantada el hecho de pensar en la pérdida de nuestra relación. Muchas gracias por todo.

Hoy te mando un desnudo y esencial beso.




Decimonovena carta


Querida Poetisa,

hacía mucho tiempo que no percibía una obra de esta manera. Tus palabras nos lanzan hacia el interior de tus silencios, donde quedamos a merced de la significación más radical, en un ejercicio de escucha, que nos conduce irremisiblemente al silencio, a tu silencio y al silencio de las palabras. Creas una experiencia con tus versos, mientras tu valentía se atreve sinceramente con lo imposible.

Un beso.



Decimovoneva respuesta

Mi querido Ensayista,
como bien sabes por tus detallados análisis, lo insondable me atrae irremediablemente. Las profundidades encierran verdades y bellezas aún por determinar. Quiero seguir escuchándote...


Un abrazo.



Vigésima carta


Mi querida Poetisa,

aplaudo la manera que tienes de dar rienda suelta a la pasión en tus versos. Paseando por tus versos, tus palabras me cantaron y me impulsaron a silencios inolvidables. Las sugerentes transparencias de tus vestiduras armoniosas me dejaron entrever secretos más maravillosos. Yo también quiero seguir hablándote, pero sobre todo escuchándote a través de esta distancia callada, que cada vez se hace más enigmática...

Un respetuoso beso.




Vigésima respuesta


Mi querido Ensayista,

gracias por atender a mis transparencias y a mis deseos, respetando mis adentros. Adoro la delicada manera que tienes de leerme. Tus comentarios son perlas delicadas y maravillosas que me sumen en la reflexión de mi propia poesía, conduciéndome a rincones de mi alma, que ni tan siquiera sabía que existían.

Te mando un beso, envuelto en esencias...





Continuará...

12 comentarios:

Mercedes Pinto dijo...

Sigo aquí, saboreando las cartas de estos que ya se muestran claramente como dos enamorados, sensuales y pasionales, aunque las palabras de ambos esten elegantemente vestidas.
Un lujo venir a leer.

Rubén Muñoz Martínez dijo...

Mercedes, sinceramente el lujo es mío. Me halaga sobremanera que una escritora pasee por aquí y deje sus interesantes comentarios. ¿Crees que están enamorados?

Un abrazo.

Paloma Corrales dijo...

Apasionante y envolvente... para mí es como un dejà vu.

Un beso.

Natalia Astuácas dijo...

Ayyyyyyyyyyyyyy eso me encantó... me gustó mucho.
Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiii...

Cuidate mucho sí.
Luz y magia para vos.

Rubén Muñoz Martínez dijo...

Paloma, me alegro mucho de que te envuelva esta correspondencia y te parezca apasionante. No son pocas tus apreciaciones. Interesante lo del dejà vu, quizás seas tú entonces quien pueda anunciarnos algo de lo que acontecerá en este futuro, un futuro que aún está por determinar.

Besos!

Rubén Muñoz Martínez dijo...

Natalia, gracias por dejar un rastro de tu pasión por estos lares.

Un abrazo!

Mamen dijo...

Las cartas siguen su curso y la intimidad entre los dos personajes también. Ya mencionan el erotismo, la sexualidad, la pasión... y por supuesto el amor.
Se me ha quedado en el alma una frase de la poetisa: 'para escribir hay que ser valiente y exponerse absolutamente'
No puedo estar más de acuerdo con ella, cuando desnudas tu alma y tu corazón ante los demás hay que ser así.
Espero con impaciencia la próxima entrega de tan emocionante correspondencia.

Un beso y un abrazo enormes, Rubén.

P.D.: ¿sabes? me parece muy curioso que, al igual que los protagonistas de esta preciosa historia, tú hayas escrito ensayos y tu mujer sea poetisa. Toda una coincidencia...

Rubén Muñoz Martínez dijo...

Mamen, ¿dónde desembocará todo?
Tu lectura se percibe atenta y mesurada, atendiendo a cada detalle. Gracias por adentrarte de esa manera en mis letras.
La Poetisa es una mujer muy profunda y completa, como tú aprecias.
Agradezco enormemente tus sutiles apreciaciones.

Besos y abrazos para ti también.

Yemaya dijo...

Me ha encantado y lo he disfrutado. Gracias por escribir tan divinamente.
Besos y susurros muy dulces

Rubén Muñoz Martínez dijo...

Yemaya, gracias a ti por pasar y dejar tu impresión. Todavía queda el desenlace...

Besos!

Mariola dijo...

He estado leyendo las cartas, aunque ya las leí el otro día, hoy he leído los comentarios sobre ellas, ahora espero el desenlace.

Besito

Rubén Muñoz Martínez dijo...

Mariola, gracias por tu lectura, que se siente delicada. Pronto llegará el desenlace.

Besos.