viernes, 23 de mayo de 2014

El ensayista y la poetisa (II)




Séptima carta

Querida poetisa,

desde una gran admiración y respeto, he de decirte que algunas de tus creaciones suben la intensidad de una manera controlada. Nos proporcionas una experiencia peligrosamente densa y cargada de senderos arriesgados, pero lo haces hablando desde una situación que nos descontrola; sin embargo sabes expresarte como debe ser: desnudando esencias mediante un bello estilo. Tratas el tema íntimo y sensual de una manera admirablemente delicada. Sabes poner magistralmente en palabra el acto amoroso de “entregar-se” a la persona amada, con una plenitud absoluta. Gracias por mostrarnos estos caminos desde tu poética.

Se derrama sensualidad por entres tu palabras, cargadas de sugerencias implícitas.

Tras tu lectura... silencio.

Un admirado abrazo.

Séptima respuesta


Querido Ensayista,

Mil gracias por tu último comentario, en donde tu silencio final me halagó sobremanera. Si se escribe lo que se siente, es inevitable traer sensualidad. Tus hermosas y profundas cartas, respiran sabiduría y me hacen reflexionar.

Un agradecido y silencioso abrazo.



Octava carta


Querida Poetisa,

me resulta intrigante ir leyendo tus poemas e ir enlazando tus ideas con las mías, las cuales al parecer ya se conocían desde hace tiempo, y es que los grandes temas habitan en un “lugar” misterioso que no atiende a motivos personales.
Sigo con mi lectura y veo que también sabes “hablar” desde la intensidad dolorosa del alma. Te leí en un poema que encarna muy bien una idea que desarrollé hace tiempo en un ensayo, en donde hablé sobre la escritura como acto sincero, analizando cómo el creador desnuda su alma hasta mostrarse totalmente puro, ante los ojos del lector y tuve esa misma sensación al leer tus versos. El acto de la escritura se muestra como un complejo y auténtico proceso, en donde la relación surgida acaba completándose con la “co-rrespondencia” del lector, que en una recepción pura, se muestra inocentemente agradecido.

Escribes muy bien. No sé si eres consciente de la profundidad de tus versos. Me gustaría comentar cada verso con profundidad, es lo menos que se merece tu profundísima poesía, tan repleta de reflexión y de experiencia vivida.
Te seguiré leyendo.


Un abrazo.


Octava respuesta

Querido Ensayista,
los poemas se escriben con murmullos de alma y corazón, e inevitablemente se llevan retazos de nuestro ser más oculto. No creo que pudiera comentar sin pudor un silencio interior. Estuve pensando mucho acerca del silencio. Quise contarte que casi para cada emoción vivida o sentida existe un silencio, que a veces es más fuerte que la palabra y que por mucha poesía que existe, estoy convencida de que para expresar una caricia del alma no hay nada como un silencio.

Hoy, un silencioso abrazo.


Novena carta
Querida Poetisa,
El silencio es el "lugar" que todo lo contiene y todo lo esconde. ¿Qué dirías si te preguntan por el lugar que ocupa el silencio en la poesía? Piénsalo, porque que los poetas andáis muy cerca de él, de hecho, lo habitáis en su plenitud escondida...

Poetisa, un beso.


Novena respuesta
Querido Ensayista,
al final pensé tanto en esto del silencio que escucho cuando escribo... que escribí mi último poema… o sea, que tú me lo inspiraste. Es un verdadero placer leer tus comentarios.

Un beso.


Décima carta

Querida Poetisa,
encuentro en tus palabras un gran acercamiento poético al silencio. Sabes conjugar belleza y experiencia de una manera muy lograda. Es curioso cómo el silencio insinúa palabras y cómo las palabras nos acercan las cosas y eso, tú lo sabes bien.

Un beso amiga.


Décima respuesta


Querido Ensayista,
tus textos me inspiran y me hacen reflexionar. Gracias por ello. Es un honor para mí entreverte entre mis versos y sentir tu presencia silenciosa.

Un fuerte beso, mi querido Ensayista.


Continuará...

12 comentarios:

Libros Gratis dijo...

Jo, son cartas perfectamente reales e incluso ocurre en la actualidad, con la diferencia que empleamos el e-mail. Excelentes reflexiones y diálogos. Enhorabuena!

Rubén Muñoz Martínez dijo...

Libros Gratis, es una pena que se vaya perdiendo la antigua correspondencia que tantas historias nos han dejado, en detrimento del e-mail, que casi todo lo olvida.

Gracias por pasar.

Andrea Breq dijo...

Casi se puede tocar, invisible y silenciosa, la forma en que ambos se acercan, se leen entre si..

un beso Rubén y buena noche...

Paloma Corrales dijo...

Me sumerjo en el silencio
por senderos de palabras germinadas:
escucho la silente hiedra,
escucho el cristal de tu breve espacio,
escucho la ceniza y la piedra.

Las palabras se insinúan.
Se buscan. Se enlazan y se conjugan,
e inaudibles tejen mis versos. Retumban.

Ya suenan melodías de madrugada,
los insolubles recuerdos danzan,
hablan otra lengua las innombradas palabras,
y en el eco de una tarde que se viste de añoranza
se dibuja de caricias un banco, a pinceladas.

No hay sonidos. Susurran las hayas.

Anónimo dijo...

¿Por qué 'poetisa' y no sencillamente 'poeta'? La palabra 'poeta' acaba en '-a' y puede, por tanto, aplicarse con toda propiedad al género femenino. No necesitamos decir "la pianistisa", "la violinistisa", etcétera. Por otra parte, menos mal que has dejado "el ensayista", porque siguiendo la lógica Bibianesca habrías tenido que poner "el ensayisto".

Rubén Muñoz Martínez dijo...

Andrea, se trata de una relación plagada de profundos significados, a partir de un interés común por la poesía y la reflexión. Captaste muy bien el sentido.

Un beso y que duermas bien.

Rubén Muñoz Martínez dijo...

Paloma, como la poetisa de la entrada, manejas silencios y palabras de una manera hermosamente bella. Precioso poema el tuyo, lindando con el silencio a partir de la palabra.

Un abrazo y gracias por dejar tu bello poema.

Rubén Muñoz Martínez dijo...

anónimo, efectivamente la palabra poeta abarca tanto al hombre como a la mujer que componen poemas, sin embargo "poetisa" deja claro que la referencia es a una mujer, mientras que la palabra poeta no, y para mi redacción ese hecho había que dejarlo muy claro.
Por otro lado, he dejado "el ensayista", porque al inicio de la redacción (entrada anterior) ya se deja claro que el ensayista es un hombre y la palabra ensayista sirve tanto para hombre como para mujer, no hubiera sido correcto decir "ensayisto", mientras que "poetisa" sí lo es.

Mamen dijo...

Esas cartas podrían ser tan reales y las relatas de una manera tan cercana, que mientras las leo me sumerjo tanto en la historia que incluso siento que formo parte de ella.
Sigo esperando expectante la continuación de tan bello relato...

Mil besos, Rubén.

Rubén Muñoz Martínez dijo...

Mamen, me alegro de que sientas las cartas de esta manera. El ensayista y la poetisa podríamos ser cualquiera y precisamente eso es uno de los grandes encantos de poder narrar de esta manera.

Besos.

mara-mara dijo...

Se respira conexión, entendimiento, armonía...
se respira lago tan trasparente como el brillo de dos miradas que no necesitan la palabra para saber que entre ellos la comunicación es capaz de mostrar la totalidad de su piel desnuda en el centro justo del silencio...

Saludos

Rubén Muñoz Martínez dijo...

mara-mara, maravilloso comentario que respira un abismo, cargado de verdad.
Se respira una mística unión que habremos de descifrar, cada cual a su modo.

Gracias por volver.

Saludos.