viernes, 23 de mayo de 2014

El ensayista y la poetisa (VII)



Vigésimocuarta carta


Mi delicada Poetisa

con tu poesía, me hiciste retomar la hermosa belleza de la melancolía y me dejaste una caricia en el alma y una preciosa expresión. Finalmente, en la madrugada de ayer conseguí concluir la lectura de tus poesías y ya sé, que nunca te podré olvidar.


Un infinito beso.




Vigésimocuarta respuesta


Mi apasionado Ensayista,

he de reconocer que inevitablemente me entristece sumamente el mensaje de tu última carta. Parece que fue ayer y el camino ya finalizó. ¡Te has leído mi obra entera!, tendré que darte un premio a la excelencia lectora y a tu magisterio en la distancia, una distancia que feliz y finalmente pudimos concretar en la intimidad. ¡Gracias de todo corazón!, un corazón que probablemente a estas alturas conozcas como pocas personas. Como bien narras en tus ensayos, escribir supone un acto de desnudamiento del alma, que tú, pausada y calladamente, has sabido contemplar magistralmente en mi escritura. Como me enseñaste en nuestro encuentro personal, toda mi figura reside casi en su totalidad en la mesura caótica de mis versos.

Un inefable beso.




Vigésimoquinta y última carta



Mi inolvidable y siempre deseada Poetisa,

Gracias por todo a ti también. Esta experiencia única me ha hecho reconocerme en múltiples sentidos que ni yo mismo conocía. Quizás el no cruzar ciertas barreras, sea la mejor opción para poder mantener la tensión con lo misterioso. Tú tampoco te quedas atrás en tus lecturas y en tu expresión. Has recuperado varios de mis trabajos más antiguos y me has hecho renacer nuevamente. También te doy las gracias por todo ello. Espero que algún día seas tú quien retomes esta correspondencia, para mostrarme todo lo que hallaste en mis ensayos.
A propósito de nuestro breve pero significativo diálogo sobre la esencia, me despido con una osada pregunta: “¿Qué queda cuando nos desnudamos de palabras y silencios?

Un íntimo y no definitivo beso.




Vigésimoquinta y última respuesta



Mi amado y deseado Ensayista,

hemos aprendido mucho de esta rica experiencia, pero quizás tengas razón en aquello que me contaste en nuestra intimidad y probablemente la plenitud que se alcanza en un instante, no debería intentar ser repetida en una nueva ocasión. No sé… últimamente pienso mucho en ello. Poco a poco voy avanzando en la lectura de tus textos y sigue sorprendiéndome la cantidad de matices que aparecen a cada momento. La realidad se muestra tan rica ante tu mirada, que como digo necesitaré algún tiempo para poder asumir definitivamente tus pensamientos y quizás emprender una nueva correspondencia, donde sea yo la que hable sobre tu cración. Hasta entonces respondo a tu última pregunta con otra nueva pregunta, que quizás nos pueda ofrecer una nueva apertura hacia posibilidades desconocidas de diálogo: ¿esencia o un deseo eterno?

Un íntimo y eterno beso, cargado de anhelos futuros...





FIN...

22 comentarios:

Anónimo dijo...

Que maravillosa historia de amor, delicada, suave, lejana pero tan cerca...
Felicidades mi querido escritor.

Mercedes Pinto dijo...

Sigo a estos enamorados desde sus primeras palabras con verdadera avidez. No sé dónde llegara su hermoso amor, pero de seguir así...
Esperaremos.
Un abrazo.

Rubén Muñoz Martínez dijo...

Sirocos, muchas gracias por leer esta historia. Tus palabras me apuntan varias cosas importantes.

Un abrazo y gracias!

Rubén Muñoz Martínez dijo...

Mercedes, muchas gracias a ti también por seguir esta historia desde el principio. Ellos también han seguido tus comentarios y siguen tus escritos. De momento, la correspondencia de la que disponemos se queda aquí, pero las posibilidades en el futuro son múltiples y algunos caminos ya están iniciados. Ya veremos...

Un abrazo.

Mamen dijo...

Conocí al ensayista y la poetisa desde sus primeras cartas y poco a poco, con sus bellos y sensibles sentimientos, estos personajes han conseguido adentrarse en el fondo de mi alma.
Así que esperaré su retorno... algún día...

Un beso enorme y un fuerte abrazo, Rubén.

Rubén Muñoz Martínez dijo...

Mamen, todo es posible...
Gracias por seguir esta correspondencia tan peculiar, de una manera tan especial.

Un beso y un abrazo para ti también.

Paloma Corrales dijo...

Mi querido Rubén, he venido a leerlo infinidad de veces y siempre me he quedado pensando y boquiabierta...

Me entristece este final anunciado, y sin embargo pienso en lo que mutuamente se han aportado, no me cabe ninguna duda de que permanecerá, porque lo han hecho en el plano de lo "esencial".

Gracias por enseñarnos que las lecturas profundas enriquecen y por mostrarnos a través de esta bella historia que la relación lector/escritor puede llegar a un conexión reveladora y única, pero sobre todo por enaltecer la figura del lector, sin la cual el escritor no tendría sentido.

Un beso enorme.

Rubén Muñoz Martínez dijo...

Paloma, tus comentarios son muy acertados, se ve que están realizados desde una lectura atenta.
Gracias por la admiración que dejas cada vez que pasas por aquí.
Realmente, puede que este "final" sea triste, pero como bien dices ha habido mucha aportación de por medio, lo cual hace que la relación ya haya merecido la pena, y como bien apuntas, yo también estoy seguro de que la relación permanecerá, ya que lo esencial ha sido el principal motivo de toda esta historia.
Como bien dices, el papel del lector es fundamental y por ello hay que reivindicarlo. Sin lectores no habría obras, es un lugar más de esta experiencia tan extraordinaria llamada literatura.
Gracias a todos vosotros por vuestras lecturas y por seguirme con esa fidelidad tan admirable.

Un beso!!

Marisa Peña dijo...

Rubén me ha gustado mucho. El género epistolar es una interesante forma de acercarse a los personajes y a cada una de sus perspectivas.
un afectuoso saludo

Laura dijo...

Qué hermosas cartas. Pasaré a leer algunas cada tanto. Me encantan las cartas, tienen cierto encanto, algo así como mágico.
Un abrazo

Rubén Muñoz Martínez dijo...

Marisa, celebro tu lectura. Es cierto, literariamente el género epistolar alcanza muchas posibilidades. Yo espero haber utilizado bien algunas de ellas.

Un saludo y bienvenida!!

Rubén Muñoz Martínez dijo...

Helena, estoy de acuerdo contigo, las cartas tienen un encanto especial, que espero que no se pierdan nunca con esto de internet. Aquí te esperan algunas para que las leas cuando gustes.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Gracias por visitarme nuevamente, para mi es un honor leerte, espero impaciente algo tuyo que leer, mi sed crece y tu tienes el remedio...

Un beso querido escritor.

mara-mara dijo...

Amigo Rubén, se me han quedado prendados varios minutos de mi existencia entre estas letras llenas de sentimientos. He leído a la inversa y luego en su estricto orden todas las cartas y sus respuestas.
Hay un romanticismo escondido en cada espacio en blanco que me ha enteramente sobrecogido. Desnudar el alma es algo que hacemos de manera íntima y también cuando escribimos y en la pura soledad es el alma quien nos va dictando las palabras...

besos escritos y sentidos...

Rubén Muñoz Martínez dijo...

Sirocos, muchas gracias a ti por volver y dejar unas palabras tan amables. Espero que mi próximo escrito esté a la altura de tu interés.

Besos.

Rubén Muñoz Martínez dijo...

mara-mara, gracias por volver y por dejar un comentario tan profundo y sentido. Profundas lecturas son las que hacen grandes a las pequeños escritos. Quien lee profundamente desnuda de palabras al texto, hasta llegar al silencio más inmenso.

Besos.

HUMO dijo...

Este idilio es inexistente, demasiado exquisito , un sueño cumplido.Pero, si se ven y se rompe esa magia?
Deberían estar ciegos, sordos y mudos, ni siquiera olfato.Vale la pena romper ese hechizo?
Muero de curiosidad por saberlo.

Cariños!

=) HUMO

Rubén Muñoz Martínez dijo...

Humo, precisamente por lo que dices hay tanta sugerencia en sus cartas. Lee de nuevo las entradas V y VI y entreverás algo nuevo.

Besos!

Anónimo dijo...

Querido escritor, gracias por tu visita nuevamente,
éstos sueños que hago realidad en mis letras, me mantienen con vida,
ojalá algun dia sea hagan realidad...

Rubén Muñoz Martínez dijo...

Sirocos, escribir desde la necesidad mantiene expresa la vida interna de nuestra alma. Gracias por volver.

Conchi Guirao dijo...

Hola Rubén...cuanto tiempo...

Tu ensayista y poetisa son maravillosos. Sigo tus escritos.

Un beso

Rubén Muñoz Martínez dijo...

Hola Conchi, es verdad, cuanto tiempo. Me alegro de leerte nuevamente. A ver si tengo algo de tiempo y puedo publicar una nueva entrada...

Un beso.