viernes, 23 de mayo de 2014

El ensayista y la poetisa (XV)



Mi querida Lucía,


aquél que sabe de la insignificancia del nombre, sabe del valor de la experiencia de lo vivido...
y tú además sabes expresar bellamente con palabras lo que vives y lo que piensas, con lo que consigues acariciar el alma de aquél que te lee y en mí caso, de aquél que te ama apasionadamente.

Te dejo una caricia.


Mi querido Tristán,

al final se trata de seguir escuchando ese rumor interior (silencio) que tan hipnotizado nos tiene…

Un beso completo.

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Mi querida Lucía,

los silencios encierran una carga inherente de apertura a un cierto modelo de plenitud, que se activa desde los dos polos tradicionalmente implicados en una relación amorosa. Pides sensualidad, que ejecutas hermosamente en el acto amoroso, desde el descontrol impuesto por la carga sexual. Sin embargo, nunca dejas de reclamar sensualidad ante esa llegada…

Una nueva caricia.



Mi querido Tristán,

desgranas con acierto la intención de cada verso y cada gesto. Es un privilegio recibir tus comentarios… y tus caricias…

Te devuelvo la caricia, ofreciéndome ante ti.

10 comentarios:

Sabina dijo...

hermoso! espero que dejes la puerta entre abierta para mí.

Anónimo dijo...

Ya son capaces de escucharse en sus silencios,
sin miradas, sin tacto desde la distancia pueden entenderse sin haberse comunicado...
Ya son capaces de rozar la magia.

Siguen subiendo escalones,
siguen paso a paso bordando una historia sublime.


Espero en silencio el siguiente encuentro.

Rubén Muñoz Martínez dijo...

Akyaabil, la puerta de este espacio está abierta para todo aquél que la quiera cruzar.

Saludos!

Rubén Muñoz Martínez dijo...

Sirocos, ya han sido capaces de tantas cosas... que poco les queda para el final...
Ya no queda muy poco...


Un abrazo y gracias por tu lectura!

José María Alloza dijo...

Decían los “arboles”: “Crecer” significa abrirse a la inmensidad del cielo y cerrar raices en la obscuridad de la tierra; todo lo que es verdadero y autentico solo llega a madurez que si el hombre está dispuesto a escuchar la llamada del cielo más alto, y no obstante queda arraigado al mismo tiempo bajo la protección de la tierra que nos soporta y produce…. Paso a paso, eco tras eco, volvemos al inicio ¿Qué sería silencio? ¿La nada? (mi ojo –que no sé si sabe mirar- te está haciendo un guiño: el perro se muerde la cola… :-)) A decir verdad, mas allá de la belleza literaria del relato, “ontológicamente hablando” la presencia de Eros (¿ende del deseo?) en el proceso de “identité, identification, du même” (¿“identidad, reconocimiento, del “mismo”? no sé bien como traducirlo en filosofía española) me parece un “imposible filosófico”. ¿O seria decir qué tal vez Levinas tenía razón respecto a la Alteridad? Es decir : Eros –a la vez posible e imposible- como tercer polo de la geometría; que permite salir del dialogo de “si con si mismo… “
Amigo Rubén, tal vez hay una razón si el camino se aleja de la cruz adentrándose en el bosque*; en la obscuridad el bosque… El poeta no es totalmente responsable dice la leyenda y no va totalmente equivocada la leyenda. Pero en la filosofía lo que se juega es la Ética, el Hombre mismo. La palabra significa, como sabes, amor de la sabiduría. Amor/Sabiduría, no es poca cosa... Que la vida triunfe.
De cualquier manera, el “intento” es magnífico, mis más sinceras felicitaciones.
¡Un abrazo!

*Sería divertido hacer un poco de semántica: cruz=luz(cielo)=Lucia / bosque=obscuridad=Tristán (como símbolo del héroe a doble faz ¿wagneriano?)
Pd Recibí el libro y ya está leído una primera vez. Perdona el silencio que, como sabes, significa (es una broma:-) ) En serio la vida a veces se complica y no nos deja tiempo para nada, te escribiré este fin de semana.

Rubén Muñoz Martínez dijo...

Amadeus, tu comentario tiene muchas resonancias heideggerianas… qué curioso. Quizás he acudido al relato “literario” para tratar ciertos temas filosóficos sin la precisión conceptual que impone la filosofía. La literatura permite un “juego” más abierto.
Amigo Amadeus, en la filosofía lo que se juega es el pensamiento en relación al fundamento y en ello, obviamente, está implicada la ética (reflexión filosófica sobre la moral).
El intento es lo propiamente humano y en él debemos permanecer hasta el final. El logro es cosa de dioses.
Creo que ya no hay tiempo para semánticas en esta historia, ya está tocando a su fin…

Un abrazo.

Paloma Corrales dijo...

Pues yo me muero de ganas por saber como acaba esta bella historia...

Más besos.

Rubén Muñoz Martínez dijo...

Paloma, pues ya queda tan poco, que en breve sabremos cómo acaban nuestros protagonistas...

Besos.

Amelia Díaz dijo...

Llamadas y reclamos de ida y vuelta...a los relatistas...a las poetas...a las almas afines ...a la fuerza...a los gritos...a los susurros...

Aquí esperando el desenlace.

Besos, Rubén

Rubén Muñoz Martínez dijo...

Amelia, esas llamadas van encontrando su lugar...

Besos.